Este chat pertenece a la serie de parodias publicadas en 2013 en Twitter.
¿Encontraron o no encontraron a Peeta?
Capítulo
1.
Terminé de marcar el número
de teléfono y espere el momento del juicio final, digo… que Katniss responda.
—Diga.
—¿Hola?, ¿Katniss Everdeen?
—Sí, ella habla. —empiezo a
sudar frio.
—Hola, soy Tobías Eaton. El
Diverg…
—Uno de los idiotas que está
en Las Vegas con Peeta.
Ella sabe quién soy.
—Si, jeje. Aunque no estoy
con Peeta en éste preciso momento. —trago saliva.
—¿Por qué?, ¿En dónde está
Peeta?
No esperaba esa respuesta.
Puedo escucharlo en su tono de voz.
—Eso es exactamente lo que
nosotros quisiéramos saber, ¿Gracioso cierto?
Ella no dice nada durante
casi un minuto.
—¿Katniss?
—No. No es gracioso. ¿En
dónde está Peeta?
—No lo sabemos.
—¿Sabes quién soy yo, Muto?
Oh, no, me dijo Muto.
—Katniss Everdeen.
—La Chica en Llamas. Yo gané
los Juegos del Hambre. Yo no le acepté un azucarillo a Finnick Odair, ¡A
FINNICK ODAIR! Yo soy la Chispa que inició la revolución. Enfrenté al
Presidente Snow para liberar a Panem. Y además de TODO eso, yo también podría
ser tu peor pesadilla si insistes en decirme que no sabes en dónde está Peeta.
—Yo…
—Peeta. MI PEETA.
—No sé que más decirte,
Katniss. No estoy bromeando.
Otra vez silencio.
—Lo siento, Katniss.
—¿Lo sientes?, ¿LO SIENTES?,
¿Sabes qué es lo que sentirás, Muto? Mis flechas en tu trasero. Los voy a
matar. A ti y a los otros idiotas.
—Katniss…
—TE CALLAS. Escúchame bien,
iré a Las Vegas y será mejor que cuando llegue Peeta esté con ustedes, porque
si no es así…
—¿Qué? —mi voz tiembla, ¿qué
es capaz de hacer?
—Repite conmigo: “El fuego…
— El fuego…
—Se propaga…
—Se propaga… —Oh, no.
—Y si nosotros ardemos…
—Y si nosotros ardemos…
—TÚ ARDERÁS CON NOSOTROS.
—Yo arderé con ustedes.
—termino de repetir y cuelga. —Ay.
Capítulo
2.
—¿Dijo que venía para acá?
Se los repito por enésima vez.
—Sí. Ya les dije muchas
veces que SI. Ya debe estar cerca.
Grey camina de un lado al
otro y se pasa una mano por el cabello, luce tan mortificado como el resto de
nosotros.
—Triple mierda.
Ya es demasiado tarde. Hoy
vamos a morir. Después de buscar por quinto día consecutivo a Peeta, decidimos
reunirnos en el Lobby del hotel. Estamos hambrientos, desvelados y ¿por qué no?
resignados. Después de comunicar a los chicos que Katniss viene para acá
asumieron la posibilidad de una muerte eminente.
—No puedo creer que no
hayamos encontrado a Peeta—Patch es el único que se resiste a morir joven. Ni
que fuera tan bonito vivir siendo un Plumero—. Prácticamente lo buscamos en cada rincón de
Las Vegas.
Es cierto. Después de que nos
dividimos para buscar al Rayito de Luz, nadie regresó. Inclusive dormimos
fuera. No nos volvimos a ver hasta hoy. A mí me consta que buscamos en cada
avenida, edificio y callejón.
—Quizás los Patos lo
secuestraron.
Esa es la teoría más
estúpida que he escuchado en mi vida, pero todo parece indicar que el Rubio por
fin cooperará con nosotros.
—¿Por qué unos Patos
estarían interesados en secuestrar Peeta?
—No lo sé. Quizá alguien les
dijo…—me mira—... que le propuse al Panadero hornear pasteles de pato.
Le dirijo una mirada
asesina, él continúa defendiendo su teoría:
—¡ES UNA OPCIÓN!
¿Unos Patos secuestraron a
Peeta? A lo mejor el Rubio tiene razón. En éste punto estoy dispuesto a creer
cualquier cosa.
—Vamos a morir. Vamos a
morir…
—Cállate, Cipriano. Quiero
pasar mis últimos momentos en el mayor silencio posible.
Ni siquiera en momentos como
estos Patch y Daemon dejan de discutir. Una vez enterados que Katniss viene
para acá todos reaccionaron de manera diferente. Travis es el que más preocupa,
él no ha dicho absolutamente nada, se limita sentarse y esperar… y esperar… y
esperar.
—Ya en serio, ¿por qué le
tenemos miedo a Katniss?—no sé porque el Rubio no puede mantener la boca
cerrada—. Es decir, somos seis contra uno. Incluso uno de nosotros la podría
enfrentar y…
—Entonces hazlo tú,
Lightwood. —le interrumpe Daemon. Él tiene razón, ¿quién en su sano juicio
enfrentaría a Katniss Everdeen?
—Olvídenlo.
Jace se pone de pie y
empieza a caminar de un lado al otro tal como lo hace Grey. De pronto se
detiene súbitamente.
—¡Ya está aquí!, ¡ELLA ya está
aquí! —grita pausadamente y se sienta otra vez. Travis es el único que recibe
de pie a Katniss.
—Katniss. —la saluda. Es la
primera vez que escucho a Travis decir algo desde que llegamos al Lobby.
Katniss le responde con una mirada fría y se dispone a preparar su arco… y su
flecha. Mierda. A excepción de nosotros, los demás que merodean por el Lobby se
van.
—Asumo que no encontraron a
Peeta. —dice muy molesta apuntando una de sus flechas hacia nosotros. Dios, moriré
joven… y virgen.
—Necesitamos más tiempo.
—Lightwood se pone de pie e intenta negociar. —Quizá un día más. Piénsalo,
Katniss, a lo mejor lo encontramos vivo. —ya la cagó. Estamos muertos—. Piénsalo…
Es un hecho. Moriré.
—Gracias por su
consideración. —dice, y está a punto de lanzar la primera flecha cuando la
sorprendemos reaccionando como los hombres VALIENTES y RUDOS que somos:
—¡PIEDAD!
—No puedo morir tan joven… y
virgen…
—¡Haré lo que me pidas pero perdóname
la vida!
—Sé que la vida del Panadero
no tiene precio, pero si lo que necesitas es una compensación económica yo
estoy dispuesto a…
—¡MIRAME…MIRAME! Soy tan
bello. No puedo morir joven. ¡Por el Ángel que no!
—Katniss, sé que merecemos
la muerte por no cuidar bien a Peeta. —intenta disculparnos, Travis. Ojalá el no
la cague tanto como el Rubio—. Aún lo podemos encontrar. Te seremos de mayor ayuda
vivos. Busquémoslo una vez más.
Katniss medita durante unos
segundos las palabras de Travis.
—Podrían vivir cien vidas y
no ser merecedores de él, ya lo saben. —nos dice con lagrimas en los ojos y
baja el arco—. ¿Ya buscaron en todos lados? —exige saber.
—Sospechamos que quizás ya
no esté en Las Vegas. —explica con nerviosismo Grey—. Es una opción. Pero lo
seguiremos buscando y te prometo que lo encontraremos.
—¿Ya buscaron en el lugar donde
duerme? —Katniss nos mira como si analizara quién de nosotros es más estúpido—.
Peeta suele pasar mucho tiempo a solas cocinando, pintando…
—¿En la Suite?
No, no buscamos en la Suite.
Es decir, desde el principio asumimos que no estaría ahí. Travis me dirige una
mirada que entiende inmediatamente “Ve a buscar en la Suite, imbécil”, corro al
ascensor. ¿Acaso Peeta…
Llego a la puerta de la Suite
2. La Suite que compartimos Maddox, Peeta y yo. Toco la puerta y alguien abre
de inmediato. Es Peeta.
Capítulo
3.
—Hola, Toby.
Tiene en su rostro esa
sonrisa de “Soy un Pedacito de Cielo, cómeme”
—¿PEETA? No lo puedo creer.
—Estoy asustado, intrigado, emocionado, feliz. En realidad no sé explicar cómo
me siento. Peeta está aquí… está bien.
—¿Dónde estabas, Toby?, ¿Y
los demás? Imagino que quisieron salir sin cargar con un aguafiestas como yo.
Cosita. Piensa que no lo
quisimos llevar con nosotros.
—Te hemos estado buscando.
—entro a la habitación. Katniss tenía razón, Peeta ha estado dibujando y
cocinando—. ¿Por qué no respondiste nuestras llamadas telefónicas?, ¿Por qué no
nos llamaste?
Él parece sorprendido.
—Perdí mi teléfono móvil en
el bar, y no les llamé porque no quise recargar aún más la tarjeta de crédito
del señor Grey. Y la verdad tampoco los quise molestar. —me sonríe con una
actitud de disculpa. Dios, tengo que aprovechar este momento para disculparme.
—Peeta, lamento lo que te
dije en el bar. Estaba borracho. El pastel de Facción Osadía no es mejor que el
tuyo.
Por un momento Mellarksito
no dice nada, baja la mirada y acto seguido camina hacia mí para darme un
abrazo. Cosita.
—Sé que estás diciendo eso
para hacerme sentir mejor, así que no lo acepto. —me suelta y me mira a los
ojos—. Lo que haremos es que yo te prepararé un pastel. Ya tú decidirás si es
mejor o no que el de Facción Osadía.
Esto salió mejor de lo que
esperaba… mejor de lo que merezco. Comeré pastel más tarde.
El reencuentro de Katniss y
Peeta fue conmovedor, casi lloramos. Nunca en mi vida había escuchado algo más
tierno que su juego de “Real o No Real”. Sin embargo, el reencuentro de Travis
y Peeta fue aún más conmovedor, en ese momento si que lloramos. Daemon le
arrancó algunas plumas a Patch para que nos limpiáramos los mocos.
—Mi Rayito de luz, mi Pedacito
de Cielo, mi Galletita con Chispas de Chocolate, mi Pastelito con Relleno
Cremosito, mi Conejito bebé… —Travis se calló hasta que Grey gritó “Lotería”.
No fue fácil que Katniss
aceptara irse de Las Vegas sin Peeta. Él la convenció diciéndole que me debía
un pastel, y que aunque somos unos estúpidos y sensuales no permitiríamos que
le suceda nada malo. Al fin y al cabo ya sólo estaremos una semana más acá. Ya
pronto es el momento de regresar.
by @tatiana1802 y @vanesacevedo (cuentas en Twitter)
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