Nos gustan los finales felices. Por eso nos hacen llorar los libros o películas, porque a veces tienen finales tristes. Aunque también nos conmueven. Analicemos todo más despacio: Cuando leemos un libro o vemos una película buscamos a ese personaje con el cual identificarnos, o bien, empatizamos con este. Sus logros se convierten en nuestros logros y sus tristezas también son las nuestras. Durante el tiempo que un libro o película capta nuestra atención, estamos a merced de un autor.
Miremos algunos ejemplos:
1. En busca de la felicidad (The pursuit of happyness)
¿Quién no ha visto esta película? Es la conmovedora historia de Chris, un hombre que poco a poco lo pierde todo a causa de una mala inversión. A causa de esto, su esposa lo abandona y él empieza a cuidar solo a su hijo pequeño. Todo lo anterior, en una penosa situación económica. Chris está en bancarrota. Lo vemos siendo sacado de su apartamento, durmiendo en lugares de beneficencia o en un baño público, en un colectivo. Tiene que huir de un taxista porque no puede pagarle, e incluso tiene que donar sangre para así poder ganarse unos cuantos dólares.
¿Quién no ha tenido una mala racha económica? Yo la he tenido. Y si aún no trabajas, tal vez alguna vez viste a tus padres tronarse los dedos por la preocupación de que el dinero no alcanza. Por esto, nos identificamos con Chris. Lloramos con Chris.
Al mismo tiempo, lo vemos empezar a luchar por un sueño. Chris tiene una meta. Él quiere ser corredor de bolsa, pero lo tiene todo en su contra. No tiene las misma facilidades que su competencia. Sin embargo, Chris es astuto y, mejor aún, es perseverante.
¿Cuántos de nosotros no tuvimos que dar la milla extra en el trabajo o en la universidad? Sabemos el esfuerzo que conlleva salir adelante.
Entonces, ¿cómo no nos va a llegar al corazón esta historia? La mayoría de nosotros anhela cumplir una meta, y muchas veces percibimos todo en nuestra contra para lograr nuestros sueños. Por esto y más, todos, desde nuestra butaca en el cine, le echamos porras a Chris para que lograra salir adelante, él y su hijo.
Una cosa más: Saber que esta historia está basada en un hecho real nos conmueve más.
2. Titanic.
Otro ejemplo fácil: El anhelo por encontrar el verdadero amor.
Aquí tenemos a Jack Dawson, un pobre diablo lleno de sueños y talentos. Jack es educado, atento y encantador. ¿Cómo no amarlo de inmediato? Eso es lo que le pasó a Rose.
Volvamos a lo de "Pobre diablo". Sí, pero es encantador y es Leonardo DiCaprio. Las chicas no necesitamos más incentivos para suspirar por él.
Rose vive una vida de mentira. Se ve obligada a aparentar y a comprometerse con un hombre acaudalado porque no le queda de otra. Su familia está en bancarrota. Su madre (una mujer que desde el primer momento odias) le vive recordando que su mejor opción es Caledon "Cal" Hockley.
Sí, sí, mamá, lo que tú digas, pero... Ahí está Leonardo DiCaprino, digo, Jack Dawson, que me entiende, que me protege, que está como quiere...
En fin, Rose tiene que decidir: ¿Amor o dinero?
¿Quién hubieran elegido ustedes? Quizá rápido piensen (de gustarles Jack Dawson), "Yo también elegiría el amor verdadero". Pero, yo les pregunto: ¿Sería lo mismo si Jack Dawson se viera, no sé, como... Jack Black?
Tal vez, no.
Pero pongámonos en la misma situación de Rose: Jack Dawson es Leonardo DiCaprio y es encantador:
Sumado a eso Rose tiene esa chispa rebelde a punto de explotar y mandar al carajo a su prometido y a su mamá. No obstante, por infortunios del destino, lo pierde todo.
¿Cómo no llorar? No es fácil dejar ir al verdadero amor, a quién significó esperanza en tu corazón.
3. La decisión más difícil o La decisión de Anne (My sister's Keeper)
Tu hermana tiene cáncer. Imagina eso. O si ya has pasado una experiencia así comprenderás a Anna, una niña que se ve "obligada" a ayudar a su hermana. Asimismo, en esta película (basada en un libro de Jodí Picoult) vemos lo difícil que resulta para una familia salir adelante a pesar de todo esto: que un miembro tenga cáncer. Aunque tú no hayas pasado por esto, no es difícil identificarse con el dolor de una madre, la impotencia que siente un padre y demás amigos y familiares.
Yo te recomiendo mucho esta película. Amarás más a tu familia después de verla.
4. Siempre a tu lado, Hachiko.
No, no me hagan explicarles a detalle por qué nos hizo llorar esta historia porque me echo a llorar otra vez.
Explicación simple: Animales.
¡No nos gusta ver sufrir a un animal! Peor aún, a una mascota. Los animales tienen un alma pura y están a merced de nuestra bondad o maldad.
Hachiko es leal. ¿Qué más hay que explicar? Se gana nuestro corazón durante toda la historia, para después... ¡No, no lo escribiré! Me acuerdo y lloro otra vez.
Algo que añadir a esta historia: También está basada en un hecho real. ¿Qué más? Si al saber esto se le agrega nuestro amor por los animales, tenemos como resultado un mar de lágrimas en honor a Hachiko.
Foto real de Hachiko:
Por favor, cuiden mucho a sus mascotas.
5. El niño con la pijama de rayas (The boy in the striped pajamas)
En nuestro último ejemplo quise mencionar a ese tipo de historias basadas en hechos históricos que a todos nos indignó y conmovió. Lo mismo con las catástrofes naturales: tsunamis, terremotos, huracanes...
Al ver o leer una historia como esta, luchamos con esa pena de no haber podido hacer nada para evitarlo. Un sentimiento irracional, quizá, pero humano. Nos vemos en la necesidad de querer ayudar aunque ya no podemos y eso nos exaspera.
Hemos visto o leído una infinidad de historias basadas en la segunda guerra mundial. Lo sabemos todo: Quién y por qué la provocó, qué pasó. Sabemos sobre los campos de concentración. Sabemos sobre la enorme lista de personas desaparecidas...
Sabemos que millones de judíos murieron a causa del odio irracional. Y hoy, en pleno siglo veintiuno, seguimos viendo esto: La religión es un tema que a lo largo de la historia a provocado, y sigue provocando, discordia. No obstante, lo sucedido durante el holocausto va más allá. Pero enfoquémonos en el tema de los judíos.
En lo personal, mi primer libro fue El diario de Ana Frank. Y a pesar de la polémica sobre si esa historia la escribió o no la verdadera Ana, esconde un testimonio que da voz a muchos otros que fueron callados.
Entonces, pongamos a dos niños a hacerse amigos en medio de una situación injusta: La segunda guerra mundial. Uno es víctima y otro es ingenuo e inocente ante lo que está pasando.
Escena de la película (2008)
Resultado: Otro mar de lágrimas.
Este tipo de historias nos hacen reflexionar. Nos preguntamos por qué. ¿Por qué pasó todo esto? ¿Por qué Dios permitió que pasara todo esto? Y esta última pregunta nos orilla a reflexiones mucha más filosóficas.
Algo curioso con el título: Bruno, el protagonista, cree que los judíos visten pijamas. Por eso y más, se siente confundido sobre lo que en realidad sucede a su alrededor.
Conclusión: El niño con la pijama de rayas es una historia conmovedora. La película está basada en la novela de John Boyne, historia que recomiendo leer a pesar de haber visto la película. Amarán cómo narra todo un inocente y soñador Bruno.
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Gracias,
Tatiana M. Alonzo -Escritora, cantante de regadera y bloguera-
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