domingo, 4 de agosto de 2013

Segunda parodia de 50 Sombras de Grey



Chat #17 de Estúpidos y Sensuales en Las Vegas: "En Busca de Nuestro Pedacito De Cielo"

Participación especial de @_YessicaMena (cuenta de Twitter) Ganadora de un concurso que promovió la cuenta @Travis_Maddox1

Capitulo 1.

Después de que por fin desapareció de nuestro organismo la Ciruela de Hada, como los hombres sensatos y razonables que somos, buscamos a Lightwood y le pateamos el culo. Él negó nuestra acusación, y dijo que seguro fue uno de los Travestis, y no él, quién nos drogó. Investigamos, y tenía razón, si fue uno de los Travestis; y aunque Lightwood es inocente, igual le pateamos el culo una vez más. Se lo merecía por abandonarnos en ese bar Gay e ir a exigir que pusieran su nombre en el paseo de la fama de Las Vegas. Ese Rubio morirá sintiéndose un Divo. 

Una vez pasado el enojo, Patch, Daemon, Jace y yo buscamos a Travis y a Grey. Íbamos caminando por el boulevard de una avenida bastante concurrida cuando nuestros ojos se encontraron con los suyos. En ese momento lo supimos. Algo andaba mal: ¿Ya no servirían pastel en el Hotel?, ¿Clonaron a Jace Lightwood?, ¿Edward regresó y DATCH peligra una vez más? El terror está grabado en los ojos de Travis y Grey. Nosotros les saludamos y esperamos las malas noticias. Ellos nos reciben con el mismo amor de siempre:

—Son unos idiotas. Ya era hora de que aparecieran.

—Mientras ustedes estaban de lo más divertidos en ese bar gay, Mellarksito desapareció. INÚTILES. —dice Grey viéndonos de arriba abajo con indignación.

—¿Y ya lo encontraron? —pregunta el Rubio mientras usa como espejo la vitrina de un almacén.

Travis pone los ojos en blanco antes de responder.

—Si lo hubiéramos encontrado estaría con nosotros, Lightwood.

Patch da un paso al frente, y se dirige a Travis y a Grey con una sonrisa burlona.

 —¿Quiénes son los inútiles ahora?

—Peeta no puede estar lejos. Seguro que ustedes no buscaron bien.

Miro a Daemon, ¿cómo puede decir eso cuando es obvio que Travis buscaría a Peeta hasta en el fin del mundo? El panadero es su rayito de luz. Su pedacito de cielo. Su pastelito con relleno cremosito. Su galletita con chispas de chocolate. Su…

—Creo que deberíamos de dividirnos para buscar mejor. —la sugerencia de Patch interrumpe mis pensamientos.

—Estoy de acuerdo. —asiento con la cabeza y observo a los demás: Jace le frunce el ceño a la vitrina que usa como espejo. Seguro ya vio sus enormes ojeras por tantas noches de desvelo. Un duro golpe a su vanidad. Grey dispone a hacer una llamada importante, como siempre. Travis mira de un lado al otro buscando a Peeta, y Daemon, como de costumbre, está en desacuerdo con Patch.  

—Si nos separamos quizá abarquemos más, pero será tiempo perdido. Es más fácil de lo que creen. Lo que tenemos que hacer es intentar recordar dónde diablos estuvimos los últimos días. ¿Cómo demonios llegamos a ese bar?

Todos miramos al Rubio.

—Ya les dije que yo no tuve nada que ver. No es mi culpa que terminaran violados por Travestis.  

Veo pánico reflejado en la mirada de Patch mientras se toca el trasero buscando alguna pista de que su inocencia haya sido ultrajada.

—Nadie nos violó. —contradigo de inmediato a Lightwood. Bueno, nadie que yo recuerde, y no lo pondré a discusión. Ojalá Tris no lea esto.

—Ahora que recuerdo Ana leyó Hush Hush, la historia de Cipriano. —diceGrey rodando los ojos. Seguro no le gusta que Ana sea Fallen Archangel. Patch sonríe con suficiencia—. Me acuerdo que ella dijo que al tocar las cicatrices de Patch se pueden revivir recuerdos del pasado.

—Aparte de Plumero… Bola de Cristal. —se burla Daemon frotando superficialmente la espalda de Patch imitando a una Clarividente. Todos reímos hasta que Travis nos regaña:

—¡BASTA! Anda, Grey. Escupe la idea que tienes.

—Uno de nosotros debería tocar las cicatrices. Quizá eso nos revele dónde está el Panadero.

—¡Nadie va a tocar mis cicatrices!

—Nadie que no sea yo. —dice de inmediato Daemon que insiste en frotar a Patch imitando a una Clarividente.

—Yo definitivamente no. No estoy dispuesto a hacer ese trabajo tan sucio. Y ni me supliquen. —se queja el Rubio mientras se le limpia las uñas con su Cuchillo Serafín.

—Yo puedo hacerlo. No creo que sea peor que visitar mi propio Paisaje del Miedo. —me ofrezco. Travis y Grey me miran con gratitud.

—NADIE, DIJE. Apenas y se lo permití a Nora.

—Ya deja de lloriquear, Cipriano. Es por las buenas o por las malas, tú eliges.

Travis empuja a Patch por toda la avenida hasta que llegamos todos al hotel.

Capitulo 2.

Ya en el hotel, todos caminamos hacia el ascensor. Travis y Grey se dedican miradas asesinas y se separan lo más que pueden mientras estamos dentro del ascensor. ¿Qué mierda? Los demás no entendemos qué se traen. Llegamos hasta la Suite de Grey e intentamos razonar con Patch como caballeros civilizados:

—¡Bolita!, ¡Bolita!, ¡Bolita! —gritamos todos mientras uno por uno nos subimos sobre Patch.

—¡Esto es Bullying Angelical! —se queja él desde la parte más baja de nuestra increíble pirámide humana.

Daemon, que como siempre encabeza al grupo cuando se trata de hacer bromas a Patch, se rie aún más fuerte. —Eres un llorón, Cipriano.

Cinco minutos después, tenemos a Patch sentado en un banquillo y rodeado por todos.

—O te dejas, Cipriano, o le decimos a Nora que anoche estuviste en un bar Gay. —lo encara Travis.

—¡Ustedes también estuvieron ahí!

—Pero será tu palabra contra la nuestra. —le advierte el Rubio. Todos asentimos con la cabeza. A Patch no le queda otra opción, tiene que acceder de buena gana; y como Grey y Travis aceptaron que yo lo hiciera, me coloco detrás de Cipriano y toco una de las cicatrices. Siento que una cortina de humo me absorbe de inmediato.

Al abrir los ojos observo todo a mí alrededor. Estoy en una especie de habitación dentro de una anticuada posada rural. Me giro sobre mí mismo y le veo: el Plumero y su chica. Ella extiende su mano para deshacer  el nudo de la corbata que él trae puesta. 

—Te vistes para impresionar —le dice ella con aprobación.

—No, Ángel. —él se inclina y le susurra al oído—. Yo me desnudo para impresionar.

Oh, no, el Plumero se está desvistiendo. Se está despojando rápidamente de toda su ropa. Nora también. Y no se dan cuenta de mi presencia. Soy como un fantasma. Oh no, los calzoncillos no. No. No. NO ¿Por qué?, ¿Por qué yo? Lo veo todo. Decido cubrir mis ojos y me hago bolita en un rincón de la habitación. Minutos después echo un vistazo para saber si ya regresé a la Suite, y  no. Ahí están todavía. ¿Qué es esto?, ¿Porno angelical? De un momento a otro el estomago me da un vuelco y estoy de regreso a la realidad.

—¡Eaton!, ¡Eaton! —escucho la voz de Grey y creo que es Travis quien me sacude para que reaccione.

—¡Que alguien traiga un pedazo de pastel! —ese es Patch. Oh, no, Patch no.

—¡ALEJATE DE MI!, ¡ALEJATE DE MI, PLUMERO! —abro los ojos y empiezo a gritar.

Travis me sacude con más fuerza y exige una respuesta. —¿Qué viste, Eaton?, ¿Qué le sucedió a Peeta?

—Fue horrible. ¡HORRIBLE!

Todos entran en pánico. Piensan lo peor.

—No te quiero ver, Cipriano. Todo fue tan... tan gráfico. —insisto, queriendo no recordar. 

—¿QUÉ LE HICISTE A PEETA? —exige saber Travis a Patch. Él no entiende. Ellos no entienden.

—Nada. —responde Patch y levanta las manos en señal de inocencia.

Daemon se abre paso entre Travis y Patch y me mira a los ojos. Él también quiere saber y yo no quiero responder.

—¿Qué viste en los recuerdos del Plumero, Eaton? Dínoslo.

—Nada que nos lleve a Peeta. —respondo y me doy cuenta que no es la respuesta que esperaban. Sin embargo, decido decir la verdad—. Vi al Plumero desnudándose. Vi… su Plumerito.

Estamos peor que hace un par de horas. Grey camina de un lado al otro por toda la Suite y hace llamadas. Travis se niega a hablar con alguien. Daemon intenta alejar a Cipriano de mí, y Jace… bueno, Jace se mira en un espejo sin poder creer todavía que tiene esas enormes ojeras.  

—¡Por eso no quería que tocaran mis cicatrices!, ¡Ese recuerdo es personal! —me grita Cipriano como si yo mismo no me hubiera dado cuenta. Es decir, en mi historia yo sólo me desnudo parcialmente. En cambio él... Es mejor no recordar. 

Una vez más obligamos a Patch a dejarse tocar las cicatrices, y soy yo otra vez el mártir. ¿A dónde iré esta vez? Eso es lo único que pienso mientras la cortina de humo negro me absorbe otra vez.

Escucho música, el golpeteo de vasos y botellas y muchas risitas tontas. Decido abrir los ojos. Oh, no. Esto es peor que el último recuerdo. Estoy otra vez en el bar Gay. Busco entre la gente y nos veo. Si… nos veo. Estamos sentados en una mesa: Travis, Patch, Daemon, estoy yo… y Peeta. Me cago en Jeanine. ¡Ahí está Peeta! Me acerco a la mesa para escuchar mejor.

—El Rubio se fue y Grey no quiso venir. ¡Al diablo con ellos! ¡SALUD! —brinda Travis un tanto cabreado y con una enorme botella de tequila en la mano.

Peeta es el único que no bebe de su vaso.

—¡FONDO!, ¡FONDO!, ¡FONDO! —le persuaden Daemon y Patch. Yo estoy viendo a la nada con una sonrisa estúpida en los labios. Si, ese es mi yo borracho. Soy un indiscreto que siempre dice la verdad.

El Panadero se niega a hacer caso a Daemon y a Patch.

—No quiero emborracharme. Quizás Katniss me llame por teléfono. O quizás no. Aún está enojada por el striptease que hicimos en el Karaoke.

Ternurita. Aún bajo el efecto de la Ciruela de Hada Mellarksito es… Mellarksito.

—Nah, en cuanto llegues prepárale un pastel. Seguro te perdona. —Ese soy yo. Peeta me mira con sumo interés.

—Yo estoy de acuerdo. Anda, Peeta. Haz tu magia. Amasa bien la harina para que te quede delicioso ese pastel. Si sabes a qué me refiero. —le guiña un ojo @_YessicaMena. Una chica que contactamos a través de Twitter, y vino para acompañarnos un rato. A ella si la recuerdo.

—A lo mejor y tienes razón, Toby. Katniss me ha dicho que yo preparo los mejores pasteles. —se sonroja al decirlo. Cosita, ¿no se lo comen?

—Tampoco exageres, Mellark. El Pastel que preparan en el lugar del que vengo, o sea Facción Osadía, es el mejor de todos.

Los demás intentan ahuyentar a un grupo de travestis que quieren sacarlos a bailar, @_YessicaMena les ayuda, mientras yo me cago en Peeta. Su mirada es… de tristeza. Oh, no. Que estúpido soy.

—Yo puedo intentar preparar un rico pastel para ti, si quieres. Ahora mismo.

—No, Mellark. —dibujo en mi cara la sonrisa más tonta—. Nunca superarás los pasteles que preparan en Facción Osadía.

Los Travestis se han ido. Travis propone otro brindis. Esta vez para que Parker decida salir del closet. Yo también brindo. Pero no Peeta. Él está triste y es por mi jodida culpa.

—Chicos, iré a tomar un poco de aire fresco. —se despide, y nosotros no le prestamos atención.

—¡FONDO!, ¡FONDO!, ¡FONDO! —esta vez es a Daemon a quien estamos sonsacando para que siga bebiendo tequila. Él ni lo piensa dos veces.  

Oh, no, Peeta. Ahora lo recuerdo. Esa fue la última vez que lo vimos.

Capítulo 3.

Estoy de vuelta en la Suite. Todos me miran expectantes. Tengo que enfrentar mis errores. Empiezo a hablar y les digo la verdad.

—¡Te voy a matar! —me grita, Travis. Jace intenta sostenerlo de los hombros para que no me golpee. Ah, no. Un momento. Lo está empujando para que nada lo detenga.

—¡TODOS CALMENSE!—ese es Patch. Ay no. Intento no pensar en el Plumerito—. Por lo menos ahora sabemos cuándo fue la última vez que lo vimos.

—Vamos a buscarlo. Haremos lo que dijo Cipriano hace un rato. —dice Travis y todos estamos de acuerdo—. Nos dividiremos. Daemon: Tú recorre todas las avenidas. —le señala y Daemon asiente con la cabeza y se va—. Cipriano: Tú busca en cada panadería que encuentres a tu paso. —Patch también sale corriendo de inmediato—. Lightwood…

—Yo lo buscaré en los Spa. Ya saben, esos lugares donde hacen masajes. Por si el desconsiderado fue a uno y no nos avisó.

—Haz lo que quieras, Rubio. Sólo no estorbes. —le señala Travis y Lightwood sale de la Suite.

—¡EATON! —Ahora me habla a mí.

—¿Dónde buscaré yo a Peeta?

—No. Tú no lo buscarás.

¿Qué?, ¿A qué se refiere Maddox? Pensé que todos iríamos a buscar a Mellarksito.

—Grey y yo continuaremos nuestra búsqueda a partir de dónde les encontramos a ustedes. Y como fuiste tú el que causó todo esto... le llamarás a Katniss para decirle que Peeta desapareció.

Travis termina de decirme esto y él y Grey también se van. Mierda. ¿Yo le tengo que avisar a Katniss que Peeta desapareció? Oh, no. Busco el teléfono, lo cojo, y empiezo a marcar su número… y que la suerte esté siempre de mi lado. 

By @tatiana1802 y @vaneacevedo (cuentas en Twitter)

Participación especial en el Chat #18 de Katniss Everdeen.



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